jueves, 3 de mayo de 2012

Curso Arte y Mujer

La pasada semana concluyó el curso Arte y Mujer. Con este curso buscamos establecer las relaciones entre el pensamiento feminista y la creación plástica. Haciendo un recorrido teórico a través de los últimos siglos de la Historia del Arte, partiendo de una epistemología feminista del arte, hemos rastreado el movimiento desde las primeras demandas a favor de la igualdad de sexos, hasta llegar a la obra de artistas que actualmente siguen creando dentro de los paradigmas del feminismo, al tiempo que realizamos un análisis detenido de las obras más significativas de cada periodo.

Del mismo modo, hemos abarcado el tema del feminismo desde la práctica, con una serie de ejercicios derivados de la experimentación plástica, como un modo de autoconocimiento y crecimiento personal. Cuando la artista Claude Cahun jugaba con la famosa frase cartesiana, “pienso luego existo”, transformándola en “Me veo, luego existo”, aludía a la importancia que tiene la mirada para la construcción de la identidad, especialmente para las mujeres. De este modo, esta serie de talleres prácticos basados en el arte como una forma de conocimiento intuitivo y emocional del mundo y de nosotras, constituyeron un modo de vernos reflejadas en nuestra propia creación plástica, tomando así conciencia de nosotras mismas y dándonos de algún modo otra visión del mundo y de nuestra propia identidad.

Todas las actividades que hemos realizado están basadas en principios y técnicas de terapia artística, que emplea el arte como un medio para desarrollar e incrementar la creatividad y, por consiguiente, eleva tanto la capacidad de autoexpresión como el conocimiento, la comprensión y la seguridad en una misma.

A través de dos bloques diferenciados, hemos intentado conocer cómo somos por dentro, cómo nos mostramos a los demás y cómo nos desenvolvemos en el mundo. Hemos trabajado por un lado el concepto de identidad personal o individual, que es el conjunto de rasgos propios de una persona que la caracterizan y la diferencian frente a las demás; es la conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta el resto. Del mismo modo, hemos explorado cómo nos relacionamos con otras personas e interactuamos con ellas a diario, es decir, hemos desarrollado nuestra identidad colectiva.

Algunas sesiones destacadas: 

Sesión 1:
Las primeras sesiones tuvieron como objetivo conocer al grupo e iniciar la comunicación de una forma despreocupada y desinhibida, para lo cual propuse dos ejercicios: “Sí fuera...” y “El garabato”. El ejercicio “Si fuera...” estaba programado con el objetivo de romper el hielo entre las asistentes y para que de algún modo perdieran ese miedo que tenían a volver a dibujar después de tanto tiempo sin hacerlo. En este primer ejercicio tienen que pensar qué serían si fuesen o bien un animal, o un color o una forma y representarlo en el papel para después presentarse ante el resto del grupo. Por otra parte con la actividad “El garabato” se trataba de hacer garabatos rápidos con los ojos cerrados, dejando a un lado el lenguaje verbal cotidiano para expresarnos de una forma libre de presiones basada en las imágenes confeccionadas con líneas. Posteriormente con los ojos ya abiertos debían proceder a transformar sus garabatos en imágenes reconocibles hasta que se sintieran satisfechas con el resultado.
Como estaba previsto, ante el “horror vacui” del folio en blanco los primeros comentarios fueron “yo no sé pintar". Sin embargo, lo que en principio era una actividad de presentación  bastante sencilla dio lugar a reflexiones y resultados muy profundos.

Ejemplo de ello podría ser el dibujo de I.D., que se dibujó a sí misma como un pequeño libro cerrado. Nos contaba que se considera a sí misma una persona muy inteligente pero que por su inseguridad y su timidez no lo manifiesta casi nunca, dando la sensación contraria. Así se representó, como un objeto lleno de sabiduría que permanecía hermético e inaccesible a los demás.

Con este otro dibujo se representó R.M.,  afectada por una rara enfermedad que se manifiesta con numerosos e imprevisibles síntomas. Lejos de mostrarse pesimista o acongojada ante su dolencia, se veía a sí misma como una alegre maceta que, pese a que en ocasiones se marchita, siempre vuelve a florecer una y otra vez.

Lo mismo ocurrió con la actividad “El garabato”, de un modo inconsciente, los dibujos revelaron muchos aspectos de la personalidad de las asistentes.

Ejemplo de ello fueron los garabatos de T.G. que, obsesionada con el tema de la maternidad y encontrándose bajo los síntomas de la menopausia, transformó de un modo inconsciente sus garabatos en objetos que estaban relacionados con los bebés, como una cuna y un balancín.


       
Sesión 5:
En esta sesión trabajamos con arcilla.  La inmediatez de la arcilla nos permite acceder a pensamientos y emociones en un corto periodo de tiempo, por lo general impulsando a sacar efectivas conclusiones sobre nosotros mismos; y entrar en contacto con una parte especial de nuestra infancia. El atractivo de trabajar con arcilla radica en que no se necesita una herramienta intermedia para crear un objeto –sólo las manos-, por lo cual ofrece una experiencia creativa inmediata y generalmente emotiva. La sensación física de modelar consigue evocar una amplia gama de respuestas y por lo general, su flexibilidad crea una atmósfera instantánea de intimidad emocional entre este material y quien lo trabaja. Con esta actividad, “El recipiente”, se pretendió que las mujeres regresaran a una feliz y despreocupada etapa de su infancia. Para ello empezamos amasando la arcilla, remitiéndonos a un periodo de la infancia en el que fuimos felices y del que conservamos muchos recuerdos agradables. Posteriormente pasamos a crear un recipiente de cualquier clase que nos sirviera de refugio o protección porque nos recordara a un lugar o persona que nos hiciera sentir a salvo y tranquilas.

La actividad se desarrolló sin grandes dificultades y fue fácil remitirse a un momento de su infancia al trabajar con un material como la arcilla.

R.C., por ejemplo, modeló un cuenco. A la hora de exponer su trabajo nos contó que la figura de su abuela fue siempre un apoyo para ella y una persona en la que poder refugiarse. Cuando piensa en su abuela siempre recuerda un cuenco, un cuenco en el que siempre comía y que, muy a su pesar, R.C no pudo conservar después de que su abuela falleciese. Así, como recipiente-refugió modeló el cuenco de su abuela.


C.R., por otra parte, recuerda las reuniones que celebraba con asiduidad su familia cuando ella era pequeña, reuniones que le hacían sentir muy arropada y muy segura. Un hecho característico de estas celebraciones era que sus tíos instalaban siempre una hamaca, en la cual jugaba con sus


Sesión 7:
En esta sesión realizamos dos actividades: “Máscara” y “La postura de tu cuerpo”. Con la actividad “Máscara” se pretendía reflexionar sobre aquellas máscaras invisibles que utilizamos en nuestra vida cotidiana, para ocultar ciertas partes de nosotros mismos y proyectar otras, dependiendo de las situaciones. Las máscaras que llevamos al trabajo, ante nuestros amigos o frente a nuestros familiares son todas diferentes y revelan un lado distinto de nuestro carácter. A continuación confeccionamos una máscara con la que poder cubrirnos y que así resultara más fácil desinhibirnos y permitir que emergiera aquellos lados ocultos de nuestro carácter. 
Para la segunda mitad de la sesión contamos con la ayuda de Rocío Cebrero Cañete, licenciada en Arte Dramático, que nos propuso un ejercicio sobre control de la postura del cuerpo, importante para la imagen de nosotros mismos que damos a los demás. El tema principal de este ejercicio fue la autoestima, importante para lograr el empoderamiento de estas mujeres. La actividad comenzaba con un análisis sobre distintas posturas corporales y un debate sobre la información que cada una de ellas nos daba de la personalidad (por ejemplo, una postura encorvada, la mirada hacia el suelo y los hombros hacia delante nos daban la imagen de una persona insegura, tímida, reservada...). Así, identificaron la actitud propia de una persona segura como podía ser la cabeza alta, los hombros hacia atrás y un paso seguro, para luego simplemente andar por la clase intentando adoptar dicha actitud. Como dijo Rocío, no se trata de imitar una determinada postura, ante todo tenemos que ser honestos con nosotros mismos y realizar el ejercicio con naturalidad. Este ejercicio estaba pensado para que, del mismo modo que cuando tenemos un determinado estado de ánimo repercute en nuestra postura corporal, adoptando una determinada postura puede provocar en nosotros un estado de ánimo concreto. Del mismo modo modificamos así la imagen que damos a los demás y la gente que nos rodea actúa en consecuencia. Es decir, que transmitamos una imagen de seguridad hace que la actitud de los demás hacia nosotros cambie, lo que a su vez refuerza nuestra seguridad y nuestra autoestima. 
Las mujeres estuvieron de acuerdo en que la postura corporal es muy importante en relación con la imagen que damos de nosotras y reconocieron que harían un esfuerzo por reflejar esa imagen positiva y segura que habíamos practicado en el taller. 

Rocío nos enseñó a adoptar ciertas posturas y ciertas actitudes a la hora de caminar, saludar o presentarnos, y nos dio algunas claves para facilitar que recordáramos dicha actitud. La que más me gustó, por ejemplo, fue imaginar que “sonreímos” con el pecho (plexo torácico). Y es cierto que, pasar de tener los hombros caídos y hacia delante a tener la espalda recta y los hombros hacia atrás se asemeja a dibujar una sonrisa.


Sesión 9:
Durante esta sesión empleamos la técnica del collage. El objetivo de esta actividad fue facilitar el reconocimiento de los estereotipos existentes en torno al género y la discapacidad y reflexionar acerca de los prejuicios asociados al género y la discapacidad. Trajimos a clase varias revistas actuales de las llamadas “femeninas y masculinas”, además de catálogos de supermercados, de moda, etc. Las revistas estaban dirigidas a diferentes públicos: a mujeres adultas, mujeres jóvenes, hombres adultos, hombres jóvenes etc. Debido a que el grupo era reducido, les propuse hacer un collage en grupo, para que además así se generara más debate a la hora de elegir las imágenes y el sentido que se le quería dar al collage. El objetivo era establecer los roles de género atribuidos a mujeres y hombres, así como los estereotipos existentes en torno a las personas con discapacidad y crear un collage que reflejara o desafiara este tipo de roles.

Las mujeres optaron por utilizar la ironía y la sátira creando un collage donde los roles se invertían, poniendo a mujeres con ropa, objetos y espacios que se le otorgan tradicionalmente a los hombres, y viceversa. El hecho de que los personajes creados resultasen ridículos, demuestran precisamente que aún existe una diferencia radical entre ambos sexos, al mantenerse aún vigentes estereotipos sobre el género. En cuanto a los estereotipos en torno a las personas con discapacidad fue muy difícil detectarlos en las revistas, de hecho es éste uno de los principales problemas que existen con respecto a la percepción de la discapacidad. Los medios de comunicación dan una imagen compasiva de las personas con discapacidad y estas personas además no aparecen como protagonistas de portadas lo que provoca que la discapacidad se perciba como un déficit opuesto a todo ideal de belleza.

Conclusiones:
La valoración global de este curso fue muy buena. Los resultados de los ejercicios fueron mucho más fructíferos de lo esperado dando lugar a reflexiones más profundas y a una genial aceptación de este tipo de ejercicios por parte de las mujeres. El objeto artístico así se transformó en un vehículo para la reflexión y el conocimiento de nosotras mismas. 



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